11 de mayo de 2016

Itinerario de la ocultación de la identidad en Lope de Vega: del pseudónimo al heterónimo

Por Ismael López Martín

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La producción literaria de Lope Félix de Vega Carpio es, en muchas ocasiones, biográfica, circunstancia que ha sido ratificada por la crítica en varios momentos. El Fénix –autor prolijo en todos los géneros literarios– supo insertar referencias a su propia vida en muchas de sus obras, aunque se ayudaba de distintos procesos de ocultación de la identidad, resolviéndolos él mismo en algunos casos.
El primer y más básico procedimiento que utilizó Lope para introducir apuntes biográficos en sus obras sin que saliera a relucir su nombre o el de las personas que se relacionaban con él fue el del pseudónimo. Se trata de un mecanismo sencillo porque básicamente requiere un cambio de nombre, sin más, y el autor puede atribuir a cada personaje una vida propia que, sin duda, está atemperada con las notas vitales del Fénix y de su círculo más cercano. El autor madrileño construyó toda una estructura de pseudónimos que se referían tanto a él como, fundamentalmente, a los distintos amores que mantuvo a lo largo de su vida, y ello se vio especialmente reflejado en su producción lírica, donde participó de una alteridad biográficamente recurrente durante varios años, ya que aunque pasaran el tiempo y los amores, el Fénix retomaba los pseudónimos de las destinatarias de su amor (o de su desamor) en distintas composiciones.Es muy importante anotar que Lope fue capaz de crear una familia de pseudónimos, unos personajes perfectamente reconocibles y que forman parte de sus obras en general, ya que son típicos personajes lopescos que aparecen en varias composiciones, como el caso de la familia Pez en Benito Pérez Galdós. Se trata, pues, de una complicación del concepto de pseudónimo que el Fénix supo llevar a buen término hace ya, aproximadamente, cuatro siglos. Algunos de esos nombres encubiertos, que se explican más adelante, han pasado a la posteridad y son muy conocidos.