Lo que me atreví a preguntarle a mi madre una noche de verano en un patio
Por Lucía Tena Morillo
Publicado en nº 2 (Primavera 2016)

Ahora que ya nadie nos pregunta
si me he escapado de una hornada antigua
si eres madre de un destino fugitivo que se ancla en nuestras calles,
dime si algún día viste en mí un legado insuficiente,
dime si algún día te dolieron las entrañas por un esfuerzo olvidado,
dime si algún día viste cómo lloraba en vertical apoyada en tus senos,
si algún día se te quebraron las pestañas por verme alejarme. Ahora
que ya nadie nos pregunta
yo te pregunto:
Madre, ¿qué he sido yo desde que he existido?
Por las calles me pierdo entre pelícanos muertos
El mar está lejos.
No, no está lejos.
No está el mar porque no existe.
Yo siempre intentando justificarme
El mar me lo imagino en la calle con todas sus aves marinas.
La sal del mar amarga.
Y ahora que ya nadie nos pregunta,
me gusta mirarte y pensar una centésima que fue bueno alguna vez ser mi madre.