Serie Fatal y Destinez

Por Xaime Martínez
Publicado en nº 3 (Primavera 2017)
  

PRESENTACIÓN DEL INVESTIGADOR FATAL DESTÍNEZ (O LA DUDA DE FATAL)

A Fatal no le gustan los donuts porque no le gusta mancharse las manos cuando está fuera de casa.

Fatal siempre está fuera de casa.
No es que no tenga casa, es tan solo que la odia porque no puede parar de masturbarse y de dormir cuando está dentro.

Aun así, en algunas ocasiones Private Eye Fatal compra un donut y lo come.
No sabe si siente asco o compasión, pero ¿de quién?

Destínez, por su parte, no tiene opinión formada acerca de la monstruosidad.

 


LA CITA DE DESTÍNEZ NO SALIÓ COMO ESPERABA

Amor, esto no es
                             un poema-postal.

Lo puedo confirmar desde ahora mismo:
no he estado en Marrakech, ni en Venecia
ni en la cárcel.

No es tampoco un metapoema;
no pienso en aquel cerdo
capado por los medios del lenguaje.

Si acaso, esto es tan solo un monolito.
O algo más humilde, una piedra rugosa

(por cierto, amor, quién eres)

que tal vez flota dentro de una masa
de agua extrañamente densa.

                           Como mi vida.

Oh, shit.
 



SABES QUE NUNCA VAMOS A ENCONTRARLA?

La palidez de las frentes de las muchachas será su mortaja.
Wilfred Owen


Fatal.
         Dime, Destínez.
Por qué no enciendes las sirenas.
        Tengo una idea
        mejor. Qué tal si paro el coche y nos bajamos
        y nos ponemos a mirar la nieve hasta caer rendidos de cansancio.

Llevamos ya dos días
cayéndonos, imbécil.
 



CONVERSACIÓN FINAL

¡Fatal, resiste, la ambulancia está llegando!
                              ...
Dime algo, Fatal.
                            Nadie recorrerá ya este camino
                            salvo tu puta madre ja, ja.

Emoción?
                            THE END!
 



FATAL & DESTÍNEZ: LOS ÚLTIMOS DETECTIVES PRIVADOS

Vamos.
Dispárale, Destínez.
¿A qué esperas?

Oficial de policía Fatal Destínez, con número de placa

                   72152X y domicilio en la calle de Les Moles, le
                   recuerdo que ella intentó sorberle el corazón
con una pajita
una pajita manchada de pintalabios azul
así que hágase el favor de abrirle el alma como se abren los

                  engranajes de la noche cuando se pronuncian las
                  palabras correctas
como un aguacate bien maduro
por su mismo centro
Fatal Destínez, escúcheme, usted que no cree en la salvación

                 sino en la asfixia autoerótica
usted que desconfía del sentido del humor
usted que codiciaba los efectos del poder sobre los cuerpos
péguele un tiro, dispare a matar.

¿Destínez?
                 Has fallado.
Tendrás que devolverme muchas cosas.
Olvida tu escopeta, tu escopeta dorada.

Nunca serás capaz de suicidarte.